miércoles, 28 de noviembre de 2007

CIRCUITO DEL VINO DEL VALLE DE ACONCAGUA

Este circuito se caracteriza por el hecho que en la gran mayoría de sus viñas, se usan sistemas artesanales de producción del vino y de otros licores típicos de su zona campestre, tales como chocha, aguardiente, vino pipeño y mistelas (licor de uva, aguardiente, canelita, vino añejo, entre otros).



Lo conforman cinco viñas familiares, cuyas tradiciones por generaciones permiten palpar la historia de cada lugar. Las viñas ofrecen al visitante la oportunidad de conocer sus bodegas de guarda, de estilo colonial de los años 1800, y recorrer los viñedos con guías especializados, participar en degustaciones y visitar salas de venta.[1]



En la zona existen suelos que fueron lechos de ríos, de baja fertilidad y alta temperatura, en éstos las parras producen vinos intensos con taninos suculentos. Las cepas preferidas en ellos son Cabernet Sauvignon, Carmené y Syrah.Hay otras tierras formadas por corrosión de roca de granito de las montañas, con laderas de excelente drenaje y exposición solar. Está además, el piso de arcilla del valle, más expuesto al efecto enfriador de la brisa, por ello apto para el cultivo del Merlot.



Es un entretenido paseo, especial para los amantes del vino o las personas que quieran adentrarse en este fascinante mundo y disfrutar de las bondades del valle de Aconcagua, conocido internacionalmente por la tradición y excelencia en tintos.


La ruta se inicia en Panquehue, con la visita a la Viña Errázuriz, donde es posible apreciar los procesos para la elaboración artesanal, de un brevaje destinado a la exportación, mientras se recorren las instalaciones, los visitantes podrán disfrutrar de una degustación, acompañada de quesos, donde el turista aprenderá a reconocer distintos tipos de vino y los atributos de una buena cepa. Viña Errázuriz, un gigante dentro de la vitivinicultura nacional. Maximiano Errázuriz fundó la viña en 1870. No pudo abstraerse ante las ventajas inigualables de este valle. A las condiciones naturales del lugar sumó la importación de los más finos clones franceses. El producto final fue la transformación de una tierra perdida en un viñedo que está a la altura de los más prestigiosos del Viejo Mundo del Vino.


Hoy, la tradición de calidad la mantiene viva Eduardo Chadwick, descendiente directo del fundador (quinta generación). Mucho tiene que ver con el proceso de modernización, el arte de hacer vinos de calidad superior, no por nada la bodega se ha construido la reputación de ser "la mejor viña de Chile".


En la Ruta del Vino del Aconcagua, Viña Errázuriz apuesta básicamente a mostrar cómo se realiza el proceso de elaboración del vino y alguna que otro atractivo del hermoso Panquehue. Casi contigua a Errázuriz, y siempre en el mismo Panquehue, se encuentra von Siebenthal, una bodega sorpresa que mezcla lo tradicional con tecnología de punta.


La casa patronal impresiona por sus detalles y diseño. En sus barricas de encina se acumula el extracto de viñedos que gozan de toda la benevolencia de Aconcagua.


La viña nació en 1998, cuando el abogado suizo Mauro von Siebenthal se instaló en el valle para cumplir con el sueño de toda su vida. Un acucioso estudio del suelo y la exposición solar de la zona determinaron que las cepas más idóneas para aquella tierra arcillosa-limosa eran el Merlot y Cabernet Franc. En laderas, en tanto, la conclusión que arrojó su superficie fue el Cabernet Sauvignon, Syrah, Carmenère, y Petit Verdot, cepa de procedencia gala.


¿El resultado? Un vino excepcional y de calidad certificada por exigentes paladares, donde el resultado de la reducción del rendimiento de la vid logró el objetivo de mejorar la concentración de los aromas en la fruta.


El recorrido continœa con la visita a la Viña Sánchez de Loria, ubicada también en Panquehue. Es la más antigua de este circuito y es una pequeña viña familiar, que abre las puertas de sus bodegones de grandes toneles de robles, alumbrados tímidamente para que el turista, después de recorrer las instalaciones, pueda conocer cada uno de los detalles del trabajo artesanal, tal como el etiquetado, donde no puede faltar la degustación de finos vinos. Es una bodega que juega con la historia y calidad de caldos elaborados de las más prolíficas cosechas que entregan las fértiles tierras de Panquehue.


Desde hace más de un siglo, la viña se mantiene en manos de la misma familia que conserva la receta de un vino auténtico, con características propias y una calidad a prueba de los más exigentes paladares. Aprueban con éxito el Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc y un sensual Late Harvest.


Debe ser una de las pocas casas viníferas que va quedando en el país que mantiene un sistema de producción basado en maquinaria de antaño, considerada obsoleta para la época.


Sánchez de Loria también destaca por su estructura, ambientada en la época colonial, donde resaltan las clásicas barricas fabricadas de roble americano y raulí nacional, los tradicionales molinos agua, entre otros utensilios.


Se debe continuar con dirección a San Felipe hacia el Sector del Almendral, donde se encuentra la Viña Mendoza. En este lugar es posible recorrer las extensiones de terreno en que crecen las parras y familiarizarse con las etapas vinculadas a la preparación, especialmente en lo que se refiere a la etapa de cultivo y cosecha, a lo que se incluye un paseo para conocer la elaboración, almacenamiento en barriles de madera, embotellado y etiquetado, además de la infaltable cata.


La Viña El Almendral se caracteriza por su chicha, vino añejo y licor de uva, elaborados artesanalmente. En la viña persiste la antigua técnica de la vendimia.


La ruta culmina en la Viña San Esteban (localizada en la comuna de San Esteban) caracterizada por sus viñedos, que trepan reverdeciendo los cerros que la rodean. Ofrece un interesante recorrido que se sumerge en las tradiciones vitivinícolas. Sus viñedos están enclavadas en la precordillera (sobre 900 metros de altura).


La altura permite que las vides puedan asimilar con perfección la luminosidad y calor del día junto a las bajas temperaturas de la noche aconcagüina, obteniendo como resultado una estupenda maduración de la uva.


El Cabernet Sauvignon, Merlot, Carmenère y Syrah son la especialidad en cepas tintas. Sin embargo, no dejan de llamar la atención que una zona de días tan cálidos se elaboren blancos (Chardonnay y Sauvignon Blanc) de calidad.


Una atractivo extra de Viña San Esteban son sus numerosos petroglifos precolombinos que se encuentran en lo más altos de sus laderas. El sitio arqueológico quedó retratado en las etiquetas de sus botellas. [2]





[1] http://www.quintaregion.cl/san_felipe/ruta01_san_felipe.shtm



[2] http://www.mercuriovalp.cl/invite2003/site/edic/20050310210646/pags/20050310213757.html

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